domingo, 27 de junio de 2010

Hamster

Hamster: "This lively pet hamster will keep you company throughout the day. Watch him run on his wheel, drink water, and eat the food you feed him by clicking your mouse. Click the center of the wheel to make him get back on it."

jueves, 24 de junio de 2010

miércoles, 23 de junio de 2010

Hambre.



Abrió la alacena para ver su interior.Tenía hambre.Las tripas,acongojadas por la inanición de horas,resongaban molestas.
Esa tarde había sido larga y agotadora,pero durante todo el transcurso del día,se había consolado a sí misma con el recuerdo -divino recuerdo-de tan delicioso alimento que la esperaba tras esas dos puertas de madera que eran la alacena.Comida.Su estómago rogaba desde hacía larguísimas horas por al menos un pedazo de pan.Pero era ella una mujer caprichosa: jamás hubiese dejado que su organismo se conformara con alimento de pobres.¿Para qué,si ella,con todo el dinero que tenía,podía esperar un poco más y satisfacer el clamor de sus vísceras con esa deliciosidad culinaria que tenía en el mueble?De ninguna manera.
Antes de entrar a la cocina,se dió un baño y se cepilló los dientes sin crema dental.De paso que estaba frente al espejo,se enprolijó el cabello y se auto-dedicó unas miradas compinches.Para ella era escencial el autoestima.Le recordó a la dama que la miraba desde el espejo cuánto la amaba y se retiró a la habitación para ponerse cómoda antes de comer.Comer.¡El momento se encontraba ya tan cerca!Se puso una bata rosada con la cual se sintió muy cómoda hasta que descubrió que se encontraba algo percudida.Inadmisible.Buscó la bata de seda blanca,pero pronto recordó que estaba para lavar.Se puso unos shorts y unas pantuflas con una remera translúcida.Demasiado translúcida.Se puso la remera negra con lunares blancos,que desafortunadamente no combinaba con las pantuflas azules.Encontró las pantuflas negras.Mucho mejor.
Caminando hacia la cocina,recibió un llamado telefónico.Tenía que contestar.¡Vaya,si es el señor Lord!La conversación fue divertida,hasta que el señor Lord colgó porque llegaba su prometida.Puso el tubo en el aparato.Las piernas le temblaban desde hacía rato.Miró la hora.Siete treinta,hora de su novela de media hora.Se sentó en el sillón del living-comedor a admirar a su tan deseado actor.Sunday Dimanche,y sus rizos dorados de hombre contemporáneo.TAl vez,algún día,ella tendría un hombre así.Tal vez.
Ocho y cinco.Novela terminada.Hambre que desesperaba.Se levantó del sillón de un envión,esperando que nada se interpusiese en su camino.Ya no.No le importaba.Sólo una cosa necesitaba.Comer.Comer.Saciarse en cuerpo y alma.Y el momento estaba cerca.Cada segundo más cerca.Casi corriendo y agitada llegó a la cocina.
Abrió la alacena para ver su interior.Tenía hambre.Las tripas,acongojadas por la inanición de horas,resongaban molestas.En cuanto la hubo abierto,notó la horrible verdad.No había en la alacena bocado que probar.Una nota en la heladera de su compañero de hogar."Querida,disculpa,me he llevado tu bocadillo especial."